9.13.2006

Buenos deseos


En esta nueva etapa de mi vida todo parece costar más trabajo del habitual. En el último mes me he visto haciendo cosas que nunca había pensado o que inclusive creía que jamás haría, como tomar el metro a las 11:50 pm sola, para llegar caminando a casa despues de las doce.
He caminado por mas de una hora para descubrir que aquello que creía cerca no lo estaba tanto y he descubierto la cantidad de ropa sucia que se acumula en tan solo 15 días.
Así que empiezo a apreciar extraños placeres como el de que te cedan un asiento en el metro atestado o que el micro que tomaste esa mañana no tenga bocinas con la K buena sonando a todo lo que da. Empiezo tambien a encontrar la maravilla escondida en los pequeños detalles de un día y el monton de amor que hay detras de un jugo preparado para que no vayas al trabajo sin tomar nada.
Hoy, después de apurarme en el trabajo para regresar temprano a casa y hacer una pausa en la jornada para poder lavar esos 15 días de ropa sucia, después de hablar sobre manchas, detergentes y las mejores maneras de que lo blanco vuelva a ser blanco y no se quede en gris para siempre, de subir cinco pisos para tender la pesada bolsa de ropa por fin limpia solo para que al terminar de colgarla una ansiosa nubecita gris empiece a soltar brisa sobre ella y tengamos (yo y mi angel guardián que por estos días se llama Vicky) que desandar lo andado viendo como el sol se vuelve a asomar entre esa extraña brisilla. Solo hoy y solo despues de decidir dejar la ropa tendida al ver que se fue la nube y su brisa, repitiendo internamente "que no llueva, que no llueva", puedo entender toda la buena fe, buena vibra y amor que se encuentra detras de la vecina, esa señora de delantal y sandalias, y su sorisa cuando dice: "Se le va secar rápido, ya verá!".

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