Ayer llovío. Tormenton, rayos, viento, gruesos goterones.......toda la parafernalia duró quince minutos exactos. Cuando era niña (já como si ya no lo fuera) mi mamá nos dejaba mojar en esos aguaceros, brincar en los charcos y entrar todos ensopados directo a la regadera de la abuela, de las cosas más divertidas que he hecho. De ahí me quedo la manía, no puedo ver un buen chaparrón sin querer correr a mojarme. Una vez lo hice con un Xa-hál en Chiapas, los niños de la comunidad nos veían y nos veían mojarnos y reírnos, si, han de haber pensado "pobres", pero no sabían que eramos felices.
Ayer me dió miedo, frío ..... hasta hueva, pero el deseo seguía ahí, si la lluvia a durado un poco más capaz de que termino igual de ensopada. Uno crece para darse cuenta de las "grandes dificultades" que encierra todo, uno crece para tener conciencia de la enfermedad, del trabajo, del riesgo, del miedo y de un sin fin de cosas.....por eso nunca quisé crecer.
Ayer llovío, y hoy el sol brilla tremendamente, las plantas estan más verdes y todo parece más limpio. Después de la tometa viene la calma......támbien lo estoy aprendiendo.
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